lunes, 25 de agosto de 2014

ANTES LA MUERTE QUE LA FUENTE

Quienes me conocéis, sabéis que he pasado mi vida, desde 2010 hasta julio de este año en el programa Equipo de Investigación. Para los que no lo sepáis… ¡ya os lo he dicho!
Y como ha sido mucho lo que he aprendido, creo que debo compartirlo con quienes me seguís, o me seguirán.
Iré, poco a poco, desgranando cada uno de los aspectos que me parecen más importantes en el trabajo de un periodista de investigación.

Hoy arrancaremos con LAS FUENTES: 

Desde que en 1999 se promulgara la Ley Orgánica de  PROTECCIÓN DE DATOS, el trabajo del periodista de Investigación se ha complicado más aún.

Los periodistas estamos para contar lo que pasa… pero no cualquier cosa, sino aquello a lo que los ciudadanos no tendrían acceso. Bien porque está lejos -corresponsales-, porque es de acceso restringido -entrevistas a Presidentes de Gobierno, por ejemplo-, o porque al poder de turno (económico, judicial, eclesiástico…) no le interesa que se sepa NADA de lo que sea…
En definitiva, tenemos que meter nuestras narices en aquellos sitios en los que no somos bien recibidos.

El Derecho a la Información constitucional Artículo 20 es un derecho prioritario… algo así como "el comodín del público" al que recurrimos cuando las cosas pintan en bastos. Pero en realidad, no es así.
Nadie que tiene algo que ocultar se presta a darnos la información que solicitamos.

Entonces ¿Cómo conseguimos cumplir con nuestro cometido?
No debería decirlo, pero es la realidad: COMO PODEMOS.
Si tuviéramos que conseguir la información sin saltarnos las leyes, sería imposible ofrecer otra cosa que los comunicados de prensa.

Nadie en su sano juicio pensaría que hay una ventanilla en los juzgados donde pone "SUMARIOS SECRETOS", o en el Registro de la Propiedad otra de "PATRIMONIOS OCULTOS", o en el Mercantil otra que dice "TRAMAS ILEGALES DE EMPRESAS"

LA ÚNICA MANERA DE CONSEGUIR TODO ESO ES CREANDO UNA RED DE FUENTES FIABLES, Y CUANTO MÁS CERCANAS AL ÓRGANO OFICIAL, MEJOR.

Una FUENTE es el mejor tesoro de un periodista de investigación. Hay que tener en cuenta que la mayoría de las fuentes se están jugando su trabajo cuando facilitan un dato secreto.

En algunos casos las FUENTES son interesadas. Suelen ser los abogados de "la parte contraria" de lo que estamos investigando. En ese caso, se impone otra de las grandes tareas del periodismo de investigación: CONTRASTAR.
NO PODEMOS DAR COMO BUENA UNA INFORMACIÓN "DE PARTE".

AUNQUE NOS PAREZCA UNA LOCURA, ES NECESARIO UNA SEGUNDA PRUEBA, Y UNA TERCERA COMPROBACIÓN CON EL PROPIO IMPLICADO.
AQUEL QUE TIENE LA OPORTUNIDAD DE DAR SU VERSIÓN -POR ESCRITO, A SER POSIBLE- NO SE PODRÁ ENFRENTAR JUDICIALMENTE A NOSOTROS O A NUESTRO MEDIO.

Si la fuente es OFICIAL, conviene extremar las cautelas para no poner en peligro su posición. Primero, por el respeto a su puesto de  trabajo, y también porque si sufriera un expediente, nuestra FUENTE se nos seca
Y una fuente seca es una pérdida, en ocasiones, irremplazable.

Conseguir este tipo de información requiere de mucho tiempo y de muchas tentativas hasta convencer a nuestro informador de que somos de fiar, y que jamás revelaremos un "Off the reccord".

Si hay prisa… Y no disponemos de ese tiempo de mutua confianza, lo que necesitamos es un "avalista"
Es decir, alguien que conozca tanto a la fuente que necesitamos, y ya esté entre nuestros contactos fieles.
A veces, un recurso de extrema urgencia es que el "avalista" actúe como intermediario, y le pida la información. Pero no debe ser la norma, entre otras cosas, porque así no tendremos nosotros el acceso directo al documento.

Y un último concepto para ganar el respeto de las fuentes: HONESTIDAD.

POR MÁS QUE NOS TIENTE UN BUEN TITULAR, ES MEJOR NO TORCER LA REALIDAD A NUESTRO GUSTO. 
SÓLO INFORMAR DE LO QUE PASA. 
NO DE LO QUE QUEREMOS QUE PASE.


No hay comentarios: